lunes, 22 de julio de 2019

poetas del neoclasisismo ..


José Fernández Madrid
(1789/02/19 - 1830/06/28)

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José Fernández Madrid José Luis Álvaro Alvino Fernández Madrid y Fernández De Castro Escritor, médico e independentista colombiano,
Nació el 19 de febrero de 1789 en la ciudad de Cartagena de Indias.
Hijo de Diego Fernández de Castro, gobernador, capitán general y presidente de la Real Audiencia de Guatemala, y Gabriela Fernández de Castro. Estudió Derecho en el Real Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario. Más tarde se graduó en Humanidades y Derecho Canónico y se doctoró en Medicina el 16 de febrero de 1809 en la Universidad de La Habana.

Fue dramaturgo, autor de Atala y Guatimoc así como de poesía, a los Libertadores y a La Muerte Del Coronel Atanasio Girardot entre otras.
Se adhirió al movimiento independentista del 20 de julio de 1810 uniéndose a la junta de gobierno. Más tarde apoyó la Independencia de la Provincia de Cartagena de Indias llegando a participar en la redacción de la constitución independentista de dicha provincia. Fue uno de los fundadores del periódico Argos.

En 1812 fue elegido representante de su provincia en el Congreso de las Provincias Unidas de la Nueva Granada. Fue Presidente de las Provincias Unidas, junto con José Joaquín Camacho y José María Del Castillo, por medio de un Triunvirato el 5 de octubre de 1814 hasta el 21 de enero de 1815.



De nuevo presidente tras la renuncia de Camilo Torres al poder el 14 de abril de 1816. El Congreso lo eligió en primera instancia, pero éste renuncio ya que pensaba que la nación se iría a pique con él al mando. Ante la presión de los ciudadanos al Congreso, fue elegido de nuevo y aceptó el cargo. El 22 de junio 1816 presentó su renuncia a la presidencia ante la Comisión Legislativa Permanente en Popayán.
Durante su mandato trasladó la capital a Zipaquirá.

Fue hecho prisionero por los realistas en el Chaparral y deportado a la Habana. Allí se dedicó a la medicina y a las letras, llegando a publicar Poesías del ciudadano doctor José Fernández Madrid.
En 1826, el vicepresidente Francisco de Paula Santander lo nombró agente confidencial de Colombia en Francia. Siendo más tarde ministro plenipotenciario en Londres.

Contrajo matrimonio con María Francisca Domínguez de la Roche. Tuvieron cuatro hijos, su hijo Pedro Fernández Madrid fue Designado Presidencial.
José Fernández Madrid falleció el 28 de junio de 1830 en Barnes, Londres, Reino Unido, mientras estaba de servicio diplomático.

Cargos

Presidente de las Provincias Unidas de Nueva Granada
5 de octubre 1814-21 de enero 1815






José María Grueso
 Popayán 1789 – 1835

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Bolívar se hace partidario de la causa de la independencia. Publicó: (anagrama de su apellido); 30 cantos de los cuales se conservan 3; varios discursos y ensayos Mientras realizaba un viaje al Salto del Tequendama con unos amigos; muere en Santafé de Bogotá su novia Jacinta Ugarte. Ante la decepción amorosa decide ingresar al convento de San Bartolomé como sacerdote. En 1806 regresa a Popayán donde culminan sus estudios. Allí es nombrado rector del seminario. En esa misma ciudad ayudó a fundar la Universidad, en la cual se desempeñó como profesor. Adversario de la causa republicana emigró a Pasto en 1819.

Luis Vargas Tejada
(Bogotá, 1802 - en los Llanos Orientales, 1829)

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 Político y escritor colombiano. Fue secretario del Senado de la República (1824). Se unió a la oposición santanderina a Bolívar (1827), a quien atacó a través de obras como Catón de Utica (1828) y contra el que realizó un atentado (fallido), por lo que tuvo que huir a los Llanos Orientales, donde murió ahogado al atravesar el Casanare. Además de su obra lírica (Poesías, 1857), es autor de comedias (Las convulsiones, 1828, y El Parnaso transferido, 1820) y dramas, como Dormita (1836), en los que trata el tema indigenista.
La legendaria, intensa y corta vida política y literaria de Luis Vargas Tejada es un claro ejemplo de la juventud granadina que nació con los albores de la república. No tuvo formación académica, pero sí una enorme voluntad de aprender y anhelo de superación: cuentan que componía versos en diferentes idiomas y hacía rimas con gran facilidad; sus poesías le dieron gran fama entre sus contemporáneos, y fue dramaturgo, fabulista y traductor. Su inquietud espiritual y su pasión por la libertad le llevaron a asumir una clara vivencia política hasta las últimas consecuencias.
Entre sus primeras publicaciones se encuentra El anochecer, su más célebre poema. Otros versos circularon en hojas manuscritas; muy representativo es el canto A mi lira, en el que se evidencia un alma melancólica, dulce y solitaria. Póstumamente, en 1857, se publicaron sus poemas completos en el volumen Poesías de Caro y Vargas Tejada, compiladas por José Joaquín Ortiz. En el monólogo Catón de Utica criticó indirectamente las tendencias dictatoriales de Simón Bolívar, a quien antes había alabado como guerrero y libertador en textos como Recuerdos de Boyacá.
Cultivó también el drama neoclásico de manera académica y los temas indigenistas, a la manera afrancesada, en textos hoy perdidos como Aquino (pese a que la obra llegó a ser varias veces representada), SaquesagipaSugamuxi y Witikindo. Pero su más famosa obra teatral, que él mismo llamó sainete, es Las convulsiones, estrenada en 1828. En esta obra, la más lograda de sus piezas, aparece todo su humor ágil y corrosivo, y por ende toda su capacidad de crítica a la educación y costumbres de la sociedad santafereña. Centrada en la moda de los ataques y desequilibrios nerviosos, Vargas Tejada aseguraba que "cuando resolví escribir el asunto de esta breve comedia, confieso que me abrumó la abundancia de la materia, pues había bastante, no ya para una piececilla en un acto, sino para un poema de doce cantos por lo menos".
Según Carlos José Reyes, "en Las convulsiones se observa la influencia del Siglo de Oro español, en especial de la obra de Lope de Vega El acero de Madrid, así como de la comedia italiana. Su argumento tiene afinidades con La mandrágora, de Nicolás Maquiavelo, y en la elaboración de diálogos y de personajes, con un autor como Carlo Goldoni, de quien el propio Vargas había traducido su pieza Il vero amico. Existe una pintura muy interesante de la sociedad de la época, de los jóvenes de la sociedad santafereña que resultaban unos ''destapados calaveras'' y querían vivir de su conversación y encanto, sin trabajar. También se aprecian en el texto alusiones al interés por los estudios botánicos y naturalistas, surgidos desde el siglo anterior con la Expedición Botánica, y otras referencias a clérigos, comerciantes, viejas alcahuetas y demás personajes de la vida social en tiempo de la independencia". Las convulsiones es, sin lugar a dudas, un verdadero milagro teatral que, por no haber perdido su frescura ni su capacidad para conmover al espectador, sigue representándose, siendo la obra más veces llevada a escena de todo el teatro colombiano. 






José Joaquín Ortiz
(Tunja, 1814 - Bogotá, 1892)

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Escritor colombiano que junto a José Eusebio Caro y Julio Arboleda constituyó la tríada de mejores poetas románticos de la Nueva Granada.
Estudió humanidades en el Colegio del Rosario y cultivó el periodismo con éxito y habilidad, en especial en temas políticos. Fundó y colaboró como redactor en El Correo de los Andes, El Porvenir, La ciudad, El Conservador, El Día, El Cóndor y El Catolicismo. En 1835 fundó La Estrella Nacional, el primer periódico de Colombia dedicada con exclusividad a la difusión de las letras nacionales, redactado con José Eusebio Caro. Defensor de la corriente conservadora que acabaría triunfando en la promulgación de la Constitución de 1886, accedió en varias ocasiones a la cámara legislativa de la República, y figuró entre los fundadores de la Academia Colombiana de la Lengua.
Fue un auténtico representante del romanticismo hispanoamericano. En su poesía fue clásico en la forma y romántico en el espíritu, como puede apreciarse en sus obras Mis horas de descanso (1834) y Poesías (1880); Ortiz canta la geografía nacional y la labor de colonización de las tierras americanas. Fue además vulgarizador de la literatura colombiana; preparó antologías de poesía de varios autores, como Parnaso granadino y La Guirnalda. También editó dos volúmenes con la poesía desebio Caro José Eu y Luis Vargas Tejada.
Escribió también las novelas María Dolores o la historia de mi casamiento, publicada primero por entregas folletinescas en la prensa periódica, y Huérfanos de madre (1848). La citada María Dolores (1863) es la primera novela romántica importante de la que se tiene noticia en Colombia; se trata de un relato de amor en el cual José Joaquín Ortiz toma algunas veces aires poéticos, hecho por el cual se ha considerado a esta obra como un cuento lírico. En el ámbito teatral, son también suyos la tragedia Sulma (su más reconocido trabajo) y el drama El Oidor de Santafé, dos piezas de escasa relevancia para los gustos dramáticos actuales, pero que gozaron del aprecio del público decimonónico al que iban destinadas. Testimonio de su notable labor didáctica son sus Lecciones de literatura castellana.

Camilo Torres Tenorio
(Popayán, 1766 - Santafé de Bogotá, 1816)

Abogado, político y patriota colombiano. Cuarto hijo (primer varón) de una familia de nueve hermanos, fue su padre el español Francisco Jerónimo de Torres, comerciante, minero y propietario de vastas extensiones territoriales al sur de Neiva, en la costa del Pacífico y en Popayán, casado con la payanesa María Teresa Tenorio.
Camilo Torres estudió en el Seminario de Popayán, en el que era rector el presbítero ecuatoriano Juan Mariano Grijalva y ejercía la docencia José Félix Restrepo. En aquellos tiempos se estaban revolucionando los métodos de enseñanza, de acuerdo con la reforma educativa propuesta por el fiscal Francisco Antonio Moreno y Escandón. Allí tomó clases de griego, latín, retórica, matemáticas, filosofía y teología, preparación ésta, especialmente la de lenguas clásicas, que le permitió dominar varios idiomas: italiano, francés, inglés y alemán.
Una vez que terminó el ciclo de estudios en Popayán, se trasladó a Santafé de Bogotá, donde obtuvo los títulos de bachiller y doctor en Derecho Canónico y Filosofía en el Colegio Mayor del Rosario, donde fue pasante, conciliario segundo y vicerrector. A los 28 años se recibió como abogado de la Real Audiencia y lo fue también de los Reales Consejos. Torres fue el más eminente de los abogados de su época, pues además de cumplir con todos los requisitos, recibió de la Corte española la facultad de litigar en todas las audiencias de América. De él opinó Humboldt que era "un coloso de la inteligencia".
Camilo Torres había estudiado en Popayán con Francisco Antonio Zea, Joaquín de Caicedo y Cuero, Francisco Antonio Ulloa y José María Cabal, así como con su primo Francisco José de Caldas. Con algunos de ellos volvió a encontrarse en Santafé y, al igual que la mayoría de los criollos cultos de la época, se vinculó a la actividad intelectual que por los primeros años de la última década del siglo XVIII distinguió la capital.
Participó, entonces, en la Tertulia del Buen Gusto, organizada por doña Manuela Sanz de Santamaría y Prieto, quien tenía un gabinete de historia natural ordenado y clasificado por ella misma. En dicha tertulia se hablaba de literatura y cuestiones científicas, se improvisaban versos y se trataban temas frívolos al calor de un tradicional chocolate santafereño; en ella participaron el cartagenero José Fernández Madrid, el payanés Francisco Antonio Ulloa (viejo amigo de Torres), el timaneyo José Miguel Gutiérrez de Caviedes, el cartagenero Manuel Rodríguez Torices y el bumangés Custodio García Rovira, personajes que desempeñaron un papel importante en la primera independencia, todos ellos egresados del Colegio Mayor del Rosario o del San Bartolomé, los dos centros docentes más importantes de la capital.
En 1794, Camilo Torres se vio involucrado en el llamado "Motín de los pasquines": las paredes de Santafé amanecieron cubiertas de pliegos manuscritos que contenían protestas contra la opresión del gobierno español. Dicho movimiento, el primero que se presentaba después de los Comuneros, fue promovido por los estudiantes del Rosario y estaba íntimamente ligado a la publicación de Los derechos del hombre y del ciudadano que realizó Antonio Nariño; se acusó entonces a Torres por ser catedrático del Rosario y amigo de Francisco Antonio Zea; las autoridades allanaron su biblioteca y encontraron gran cantidad de libros en francés que fueron llevados para que la Inquisición los analizara, pero el dictamen favoreció a Torres y salió absuelto de toda culpa.
Frente a sus amigos implicados en estos hechos, Torres asumió una posición ambivalente: adelantó una de sus más importantes intervenciones judiciales cuando actuó en defensa de Francisco Antonio Zea, quien finalmente fue desterrado a Cádiz, junto con otros conspiradores, el 3 de noviembre de 1795. Sin embargo, se negó a defender al Precursor Antonio Nariño, pese a ser su amigo personal.
En 1795 asumió la defensa de los estudiantes payaneses sindicados de sedición, Nicolás y Juan José Hurtado, en sociedad con el abogado Luis de Ovalle. En 1797 defendió al cura Eloy de Valenzuela, antiguo subdirector de la Real Expedición Botánica y en ese momento párroco de Girón, quien había sido acusado de pronunciar un sermón revolucionario.
Torres también actuó como abogado de pobres, cargo desde el cual defendió ocasionalmente a algunas personas de escasos recursos económicos. Por lo general, se distinguió como defensor de los privilegios institucionales del sector criollo residenciado en Santafé. También se ocupó de consolidar una importante fortuna, para lo cual recurrió con frecuencia a sus conocimientos jurídicos. Fue así como adelantó una brillante defensa en favor de su hermano Miguel y asociados sobre el bergantín inglés El Vigilante, apresado por ellos y cuya propiedad les correspondía, a pesar del desconocimiento por parte del presidente de Quito, barón de Corondelet. En 1802 Camilo Torres contrajo matrimonio con Francisca Prieto Ricaurte, con quien tuvo seis hijos.
El Memorial de agravios En 1808, Napoleón Bonaparte invadió España y colocó a su hermano José I Bonaparte en el trono español; como consecuencia, la política colonial de las Cortes españolas cambió. Se constituyó la Junta Suprema de España e Indias, que se erigió en gobierno general del reino.
En esa coyuntura surgió la figura política de Camilo Torres, que se declaró antirregentista y partidario de Fernando VII; se opuso a las determinaciones tomadas en la metrópoli, ya que, pese a estar ésta ocupada, continuaba exigiendo obediencia a las colonias. Propuso seguir el ejemplo de las provincias españolas que se proclamaron soberanas para apoyar irrestrictamente al rey de España, lo que significaba crear juntas provinciales de gobierno, a la manera de las de la Península, en la Nueva Granada, desconociendo la Junta de Sevilla.
Pese a la protesta de Torres y de muchas otras voces en las diferentes colonias, la Junta sevillana, aún bajo el dominio de José Bonaparte, declaró que las propiedades allende el mar eran prioridad de la monarquía española y autorizó la presencia de sus representantes en la Junta Central, pero en un número inferior al de los españoles. El ambiente político de las colonias se caldeó cada vez más.
La nominación de candidatos, por terna, se realizó en los cabildos de Santafé y de las principales ciudades de las provincias. Una vez nominados los candidatos, el representante se designó en un sorteo en que resultó elegido Antonio de Narváez. Por su parte, Camilo Torres fue nominado por Popayán. Fue nombrado asesor del Cabildo de Santafé, corporación que se había convertido en el baluarte de los criollos. Fue además asesor de la Casa de Moneda. Desde tales cargos Camilo Torres sentó su airada protesta contra la Junta Central española, en un opúsculo que se ha llamado el Memorial de agravios y cuyo título es Representación del Cabildo de Bogotá a la Suprema Junta Central de España.
En ese documento, Torres dio una respuesta, en nombre del Cabildo de Santafé, a la Junta Central ante la intención de permitir americanos en ese organismo, pero en un número irrisorio. Es, por lo tanto, una aguda crítica al régimen colonial, aunque no llega a pronunciarse abiertamente sobre la separación definitiva de las colonias americanas de España. Afirmó que América y España, Las Españas, eran parte de un reino con iguales derechos, y por tanto ninguna de las partes podía imponer leyes sobre la otra. Denunció la discriminación contra los criollos y pidió para este sector el derecho a ocupar posiciones de alto rango.
El documento nunca llegó a España y el virrey no quiso prestarle atención, hasta el punto de que nombró a seis españoles como miembros del Consejo y más tarde desconoció el nombramiento de Luis Caicedo como alférez real, medidas todas que impidieron el pacto colonial y permitieron la ola cada vez más creciente de motines en las distintas provincias de la Nueva Granada.
La conjura del observatorio astronómico Camilo Torres participó activamente en los hechos del 20 de julio de 1810 en Santafé de Bogotá. Planeó la conjura en el observatorio astronómico que dirigía su primo Francisco José de Caldas, formó parte de la Junta de Gobierno constituida luego de los incidentes, y le comunicó al virrey Amar y Borbón la decisión de la Junta para que pusiese a las órdenes de ésta el depósito y el parque de artillería. Acorde con su posición de defensa de los derechos del rey de España, propuso que el virrey fuera el presidente de la Junta Suprema, medida que fue desaprobada popularmente, pese a lo cual continuó insistiendo en que debía existir un entendimiento entre las partes (patriotas y españoles europeos), al punto que fue vocal-secretario en el manifiesto del 18 de septiembre de 1810 levantado con tal fin.
En diciembre de 1810, Torres participó como diputado por Pamplona en el Supremo Congreso. Exigió que no se aceptara a Emigdio Benítez la credencial que lo acreditaba como diputado por Sogamoso; tal petición recibió voto negativo de los demás miembros, y Torres se retiró junto con León Romero (delegado por Mariquita), Joaquín Camacho y Manuel de Bernardo Álvarez (delegado por Santafé).
El 11 de enero de 1811 se llevaron a cabo las elecciones para el Colegio Electoral de Cundinamarca. Torres resultó elegido, junto con Manuel Camacho y Quesada, por la Catedral, y con su viejo amigo Frutos Joaquín Gutiérrez fue electo secretario de dicha institución colegiada, que sesionó durante un mes, al cabo del cual se proclamó la primera Constitución de carácter monárquico de la provincia de Cundinamarca y se nombró como presidente a Jorge Tadeo Lozano.
Desde un comienzo Torres había defendido la tradición de los cabildos autónomos, pues consideraba justo que las provincias ejercieran su soberanía, y por ende el federalismo, posición que no era compartida por Antonio Nariño y otro grupo de criollos llamados centralistas. El Precursor Antonio Nariño asumió la Presidencia el 21 de septiembre de 1811, y la rivalidad entre las dos formas de gobierno fue cada vez más notoria, al punto que se formaron dos partidos: el de los "pateadores" encabezado por Nariño y el de los "carracos" dirigido por Torres; de esta última facción formaban parte la mayoría de los miembros de las Juntas de Notables establecidas desde el grito de Independencia.

poetas del romanticismo..


José Eusebio Caro
(Ocaña, 1817 - Santa Marta, 1853)
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Escritor y político colombiano considerado el mayor poeta del primer romanticismo nacional. De ascendencia española, quedó pronto huérfano de padre y se educó con su abuelo Francisco Javier, aunque no pudo terminar sus estudios de derecho por los trastornos de las luchas civiles.
Paralelamente a su quehacer literario, se desempeñó con éxito en el ambiente político: fue parlamentario, administrador de la hacienda pública, director del Crédito Nacional y ministro de Hacienda, y sentó con Mariano Ospina las bases del incipiente partido conservador. Fundó los periódicos El Granadino (1840-1845) y La Civilización (1849-1851), en los que colaboró como redactor. Hacia 1850 fue condenado a prisión por sus ideas políticas, pero se le conmutó la pena y partió al exilio. Desde entonces fijó su residencia en Nueva York; murió víctima de la fiebre amarilla al regresar a su patria.

Su prosa, dispersa por los periódicos La Estrella NacionalEl Granadino y La Civilización, fue recogida por los redactores de El Tradicionalista en las Obras escogidas en prosa y en verso, publicadas e inéditas... (Bogotá, 1873). Pero fue fundamentalmente un poeta lírico romántico, que vivió en constante inquietud, en continua rectificación ideológica, y murió joven, como tantos otros románticos.
Influido en su juventud por Voltaire y los enciclopedistas (D'AlembertDiderot) viró luego hacia el escolasticismo remozado que representa Jaime Balmes, para marchar después algún tiempo con los positivistas y volver a continuación a la tradición católica. Se ha dicho que, como pensador que era, desarrollaba primero su pensamiento en prosa para ponerlo en verso después: ello no parece compatible con la calidad y el vigor de un lírico romántico del tono de José Eusebio Caro, calidad y vigor que prevalecen en su poesía, pese a la irregularidad y la aspereza de muchos de sus versos.
Su poesía, para la que usó seudónimos diversos (B. y B.Cascafuerteetc), posee el vigor sentimental y el sentido de la fe y de la vida de los románticos, pero en la forma permanece, por su lírica conceptuosa y su expresión oratoria, vinculado a los clásicos. Su estilo poético se formó en la lectura de los escritores españoles, los clásicos franceses e italianos y sobre todo los románticos ingleses y franceses. José Eusebio Caro buscó ritmos nuevos combinando las formas latinas clásicas, sobre todo el hexámetro, con los metros modernos, prenunciando las posteriores innovaciones de Rubén Darío. Los temas de sus composiciones están íntimamente relacionados con su vida, y aun los más impersonales suenan con acentos de personal emoción; los más importantes son el amor vehemente, el afecto conyugal, la familia, el entusiasmo patriótico, el ideal liberal y el sentimiento religioso.
Desde Lara o los Bucaneros, poema inaugural de la corriente romántica, a las composiciones más musicales (Mi juventud, El ciprés), desde las de asunto familiar (Bendición nupcial, A su primogénito) hasta sus odas patrióticas y políticas (En boca del último Inca, La libertad y el socialismo), aparece una fantasía llena de ímpetu y vigor, aunque en algunos casos excesivamente declamatorios. Sus versos, en los que siempre está el propio autor como centro, reflejan en bastantes momentos su condición de desterrado, de proscrito político.
Se distinguen tres etapas en la producción literaria de José Eusebio Caro. En las obras de su primera etapa prima un ambiente lúgubre; el poeta da rienda suelta a su imaginación y deja translucir la soledad propia del romántico. En una segunda etapa su producción literaria se orienta hacia el encuentro con el mundo, que el poeta aprehende desde el sentimiento: así se percibe en poemas como Mi lira y Venida a la ciudad. La razón marca un tercer y último momento de su creación literaria; el poeta reflexiona acerca de su tiempo en piezas como Después de veinte años y Aparición, poema en que el autor da cuenta de la subjetividad pura del alma romántica en un mundo hostil y ajeno, dominado por la maldad.
Ya desde su primera producción literaria, como lo demuestra su composición La estrella nacional, el autor dejó ver su hostilidad hacia el mundo, el padecer constante de la vida y la imposibilidad de la comunicación humana; todo ello lo lleva a la evasión hacia la intimidad y el pensamiento. Estar contigo se considera el poema de mayor interés desde el punto de vista formal, ya que se emparenta más con el modernismo que con el romanticismo, e influye de manera decisiva en la producción literaria de Rubén Darío. Sus últimos poemas, Despedida de la patria y El hacha del proscrito muestran otras inquietudes de Caro: la leyenda, la presencia indígena y un marcado interés por la historia. Sus poesías sueltas fueron editadas póstumamente junto a las de Luis Vargas Tejada en el volumen Poesías de Caro y Vargas Tejada, publicadas por José Joaquín Ortiz (1857) en Bogotá.









Rafael Pombo

(Bogotá, 1833 - 1912)

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Poeta colombiano. Máximo representante del romanticismo en su país y una de las principales figuras de la lírica romántica en lengua española, la relevancia de Rafael Pombo en la historia literaria del continente ha quedado parcialmente oscurecida por el éxito de sus fábulas y cuentos destinados al público infantil, que han conservado intactas su frescura y popularidad hasta nuestros días.
La familia de Pombo formaba parte de la aristocracia criolla: su padre, Lino de Pombo O'Donnell, fue un destacado político, militar y diplomático cartagenero, que entre otras cosas firmó el tratado Pombo-Michelena de límites con Venezuela y se casó en Popayán con Ana Rebolledo, mujer también de alta alcurnia. Rafael fue el hijo primogénito. Su tía paterna, Matilde, fue la madre del célebre político y literato colombiano Julio Arboleda.
Como era costumbre, doña Ana enseñó al pequeño Rafael las primeras letras. A los once años, en 1844, ingresó en el seminario. El latín allí estudiado haría de él un diestro traductor de los clásicos; Marcelino Menéndez Pelayo comentó acerca de sus traducciones: "No las hay más valientes y atrevidas en nuestra lengua". De los poetas grecolatinos tradujo a Horacio y el episodio de Laoconte de Virgilio. También vertió al castellano El poeta moribundo, de Alphonse de Lamartine, y el soliloquio de Hamlet de Shakespeare.
Parece que la inclinación por la poesía nació en Pombo desde muy temprano. Ya a los diez años había copiado versos y traducciones en un cuadernillo que tituló Panteón literario. En 1846 ingresó en el Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario, donde estudió humanidades; en 1848 recibió el grado en matemáticas e ingeniería en el Colegio Militar que había fundado recientemente el general Tomás Cipriano de Mosquera.
Aunque nunca ejerció formalmente como ingeniero, se sabe que realizó algunos estudios para el mejoramiento urbano de Bogotá. Recién graduado, fue miembro de la Sociedad Filogénica, en cuyo periódico publicó por primera vez poesías bajo el seudónimo de Fiártelo. Estas tempranas obras, cargadas de un tono sentimental, dejan entrever ecos de Ramón de Campoamor, José Zorrilla, Garcilaso de la Vega y del legendario lord Byron.
Posteriormente viajó a Popayán, donde su familia materna tenía propiedades, escribiendo allí dos de sus poemas más conocidos: La copa de vino y Mi amor, firmado con el seudónimo de Edad. Se creyó que tal poema era obra de una enigmática y brillante poetisa hasta que el mismo Pombo reveló su autoría; la anécdota muestra hasta qué punto asimiló la psicología femenina y su distinta manera de sentir el amor y de expresarlo. En compañía de los escritores José Eusebio Caro y José María Vergara y Vergara fundó en 1852 La Siesta, órgano literario de marcado tinte romántico.
En 1855 viajó a Nueva York como secretario de la legación colombiana en esta ciudad. Permaneció diecisiete años en Estados Unidos, durante los que residió en Washington y en Filadelfia (donde fue cónsul), siendo ésta su época de plenitud creadora. Tal vez el contacto con una cultura y un idioma de sonoridades diferentes dio un giro universal a su obra. También mantuvo contacto con personalidades de la intelectualidad como Henry Wadsworth Longfellow y William Cullen Bryant. Tradujo por entonces a poetas ingleses, franceses y alemanes, y sus Cuentos pintados para niños (1867) se publicaron por primera vez en Nueva York.
En un emotivo acto (que casualmente coincidió con la noche en que falleció Diego Fallon, su gran compañero de generación), Rafael Pombo fue coronado como poeta nacional el 20 de agosto de 1905, en el teatro Colón. El 6 de febrero de 1912 reemplazó a Manuel María Mallarino como miembro de la Academia Colombiana de la Lengua, de la que fue secretario perpetuo.
Junto con José Asunción Silva, Rafael Pombo es el más destacado de los poetas colombianos del siglo XIX. Favorecido por su bienestar económico, fue el primero que asumió la labor poética como principal actividad a lo largo de todo su periplo vital, en una época en que otros optaron por acatar las órdenes de la musa sólo de manera periférica.

Con Pombo nace, en un entorno de acento todavía colonial, una poesía nueva en el continente. Su lírica funde subjetividad y meditación filosófica, reflexivo sentimiento del amor y de la naturaleza, pálpito religioso y aprovechamiento de la experiencia. Dios, la naturaleza y la mujer son protagonistas en su obra, así como la rebeldía, el vigor y la ironía, por lo que resulta una extraña suma de autor entre devoto y demoníaco. Su inspiración romántica recorrió los caminos que van de Zorrilla y Víctor Hugo a Byron y Leopardi, pasando por los clásicos griegos y latinos, que se afanó en traducir, así como a muchos ingleses y franceses.





BIOGRAFÍA DE GREGORIO GUTIÉRREZ GONZÁLEZ


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Personaje emblemático por excelencia en la historia literaria de la región de Antioquia, poeta y abogado, Gutiérrez González existió efectivamente, pero su vida y su obra se han convertido en una especie de acto mítico-poético fundador, en el cual la idea de "raza antioqueña" adquiere buena parte de su justificación. El poeta había muerto hacía 25 años cuando la primera revista ilustrada de Medellín le rinde un homenaje.

En sus páginas internas asegura que el hombre de las tres G es un héroe de las letras y un patricio de la autonomía regional, sin embargo su poesía es un monumento nacional, tal como lo hizo saber el congreso colombiano en 1873 cuando lo decretó como un "poeta de la nacionalidad".

El poeta colombiano Gregorio Gutiérrez González, nació en La Ceja del Tambo, departamento de Antioquia, el 9 de mayo de 1826, en el seno de una acomodada y distinguida familia. Fueron sus padres José Ignacio Gutiérrez y Arango y doña Inés González y Villegas. De su educación se sabe que realizó los estudios elementales en el Colegio Seminario de Santafé de Antioquia y los secundarios, en el Seminario de Medellín.

Posteriormente se trasladó a la capital y bajo el cuidado de su primo Juan de Dios Aránzazu, concluyó los estudios de Filosofía y Literatura en el Seminario de la Arquidiócesis de Bogotá, y de Jurisprudencia en la Universidad Nacional (Colegio de San Bartolomé). En 1847 obtuvo el grado de doctor y el título de abogado en la Suprema Corte de la Nación. En su vida no ocurrieron grandes sucesos.

En Sansón contrajo matrimonio con doña Juliana Isaza Ruiz, hermana del obispo de Medellín, José Joaquín Isaza. Esta unión dejó una numerosa descendencia.

En la carrera judicial desempeñó importantes cargos: fue magistrado del tribunal en Medellín y en varias ocasiones ocupó una curul en la Cámara de Representantes por el Estado de Antioquia. Desafortunadamente en los últimos años de su vida su situación económica se deterioró, más si se toma en cuenta que jamás fue un hombre adinerado.

Fue miembro fundador de la sociedad literaria que se creó en Bogotá el 1.o de julio de 1845. Dirigió una publicación quincenal llamada El Albor Literario, que apareció por primera vez el 20 de julio del mismo año y sólo llegó al número ocho. Esta sociedad literaria surgió a raíz de las clases de literatura española que dictaba el profesor español Diodoro Pascual en el Colegio San Bartolomé, las cuales fueron importantes porque dieron a conocer el romanticismo y fomentaron una corriente de seguidores. A Gutiérrez González se lo sitúa entre el romanticismo y el realismo. De su obra dice el crítico Antonio Gómez Restrepo: "Por una parte era adepto al romanticismo entonces en boga, y por otro lado, se sentía atraído [...] al cultivo de la poesía realista, a la interpretación sencilla de la naturaleza". Marcelino Menéndez y Pelayo lo confirma: "Puede decirse que Gutiérrez González sirve de puente entre el romanticismo y el realismo limpio".

La obra de este poeta antioqueño llegó a todos los estratos sociales. Memoria del cultivo del maíz en Antioquia, de 1866, es, tanto por la forma en que está escrita como por su tema, el poema que más fama le ha dado. En él se describen detalladamente todas las etapas del cultivo del maíz: desde los terrenos apropiados que requiere, hasta los métodos de cultivo y riego.

Como señala el mismo Gutiérrez González, Memoria del cultivo del maíz en Antioquia está escrito en antioqueño y no en español, afirmación que le valió el desdén de algunos críticos españoles ensimismados en un purismo xenófobo.

Entre otros poemas destacados pueden mencionarse A Julia, ¿Por qué no canto?, Aures, A los Estados Unidos de Colombia y algunas traducciones de poesías de Byron y Víctor Hugo.

La vida del poeta, a pesar del aprecio que le tuvieron sus compatriotas y no obstante los méritos de su inteligencia y la posición de su familia, fue de duras pruebas y sufrimientos, a causa de la escasez de medios materiales en que vivió siempre. Su inteligencia y su sensibilidad, que percibían con tanta claridad y precisión las variadas formas de la realidad para describirlas, no lograron dominar esta realidad en el conflicto de los intereses económicos. No tuvo imitadores ni trató de formar escuela como es usual entre poetas de alta y variada inspiración.

Influyó en sus gustos el espíritu de su tiempo, marcado aún por el romanticismo. Tradujo a Víctor Hugo, y, sin duda, el gran poeta francés influyó sobre su gusto y sobre la forma en que expresó el sentimiento poético acerca de la naturaleza. Gregorio Gutiérrez González murió en Medellín, el 6 de julio de 1872






 Julio Arboleda
(Julio Arboleda Pombo; Popayán, 1817 - Berruecos, 1862)


Poeta, militar y político conservador colombiano de vida azarosa, cuya obra se produjo esporádicamente en los márgenes de su trayectoria pública. Terrateniente del sur de Colombia, se opuso de manera activa a la abolición de la esclavitud y participó en las guerras civiles. Por su personalidad, por su trágico destino (murió asesinado a manos de sus enemigos políticos en Berruecos) y por su obra, Arboleda quedó en la memoria con la aureola del héroe romántico. Es autor de poemas publicados en 1833 y de un esbozo épico incompleto titulado Gonzalo de Oyón.

Sus padres, después del triunfo de Sámano en el sur de la Nueva Granada, huyeron en busca de refugio a la Mina de Timbeque, perteneciente por entonces a la provincia de Buenaventura. Su padre fue José Rafael Arboleda, de riquísima familia de la aristocracia caucana, amigo y confidente de Simón Bolívar; su madre, Matilde Pombo y O'Donell, también pertenecía a la élite de la región. Fue sobrino de destacados patriotas como Manuel de Pombo, Francisco de Ulloa y del sabio Francisco José de Caldas. Su hermano Sergio se destacó también como escritor y político.
A los dos años de edad retornó con su familia a Popayán y las primeras letras le fueron enseñadas por su abuela materna, Beatriz O'Donell, quien lo inició en el idioma francés; su abuelo, Manuel Antonio Pombo, autor de una buena Gramática latina, le dio lecciones de esta lengua, castellano y geometría; también tuvo como preceptor a Manuel María de Luna. En 1830 don José Rafael Arboleda, enfermo, buscó curación en Europa, en compañía de su hijo Julio. En Londres tuvo un institutor irlandés católico y en la Universidad de Londres obtuvo el título de bachiller en Artes. En 1831 falleció su padre en la ciudad italiana de Pisa. Julio Arboleda continuó, no obstante, sus estudios en el Viejo Continente y viajó por Francia e Italia.
En 1838 regresó a Popayán vía Cartagena, y en la Universidad del Cauca estudió Derecho Civil y Ciencias Políticas; se inició en el campo del periodismo redactando El Independiente. Tomó parte en la guerra de 1840, llamada de los Supremos, en defensa del gobierno, como teniente de la Guardia Nacional. En Pasto fue ayudante del general Herrán y se le empleó también en negociaciones diplomáticas con el Ecuador. Contrajo matrimonio con Sofía Mosquera en 1842, y durante los ocho años de paz que siguieron (el más largo de los períodos de tranquilidad que tuvo el país en el siglo XIX), Julio Arboleda se dedicó a los negocios, a su creciente familia y a los estudios literarios, iniciando la composición del poema épico Gonzalo de Oyón, basado en la leyenda de Popayán en tiempo de la Colonia.
En 1844 fue a la Cámara por la provincia de Buenaventura y después por la de Barbacoas. Permaneció en el Parlamento en las legislaturas de 1845, 1846 y 1848. El general Tomás Cipriano de Mosquera le ofreció la cartera de Hacienda en 1846, pero Arboleda la rehusó. Según José María Samper, como orador parlamentario, "Arboleda nos sorprendió y sedujo a todos. Jamás orador alguno entre nosotros había sido tan incisivo y correcto, tan académicamente literario ni tan variado en su elocuencia como aquel poeta militar, joven opulento y afortunado que saliendo del seno de una familia eminente y aristocrática y de las filas del partido conservador, se presentaba en el Congreso como abanderado de la oposición liberal. Su decir era tan hábil en la conversación como vigoroso y grandilocuente en la tribuna".
Julio Arboleda participó en las campañas presidenciales de 1844, respaldando al general Borrero con el célebre folleto Los tres candidatos, de elegante estilo. En 1848 apoyó a Florentino González (con quien redactó El Siglo) como dirigente de la oposición al presidente José Hilario López. La guerra de 1851 fue auspiciada por el mismo Arboleda, entonces exiliado en el Ecuador; en ella los conservadores decían luchar contra la expulsión de los jesuitas, pero en el fondo se encontraban los intereses de terratenientes y mineros esclavistas que buscaban dar marcha atrás a las leyes sobre la libertad de los esclavos. Exiliado forzosamente en el Perú, dedicó su tiempo al periódico El Intérprete del Pueblo y a la docencia, siendo profesor de inglés del célebre literato Ricardo Palma.