José Eusebio Caro
(Ocaña,
1817 - Santa Marta, 1853)
Escritor y
político colombiano considerado el mayor poeta del primer romanticismo
nacional. De ascendencia española, quedó pronto huérfano de padre y se educó
con su abuelo Francisco Javier, aunque no pudo terminar sus estudios de derecho
por los trastornos de las luchas civiles.
Paralelamente
a su quehacer literario, se desempeñó con éxito en el ambiente político: fue
parlamentario, administrador de la hacienda pública, director del Crédito
Nacional y ministro de Hacienda, y sentó con Mariano Ospina las bases del incipiente partido
conservador. Fundó los periódicos El
Granadino (1840-1845) y La
Civilización (1849-1851), en los que colaboró como redactor. Hacia
1850 fue condenado a prisión por sus ideas políticas, pero se le conmutó la
pena y partió al exilio. Desde entonces fijó su residencia en Nueva York; murió
víctima de la fiebre amarilla al regresar a su patria.
Su
prosa, dispersa por los periódicos La
Estrella Nacional, El
Granadino y La
Civilización, fue recogida por los redactores de El Tradicionalista en
las Obras escogidas en prosa y en verso,
publicadas e inéditas... (Bogotá, 1873). Pero fue fundamentalmente un
poeta lírico romántico, que vivió en constante inquietud, en continua
rectificación ideológica, y murió joven, como tantos otros románticos.
Influido
en su juventud por Voltaire y los enciclopedistas (D'Alembert, Diderot) viró luego hacia el escolasticismo remozado que
representa Jaime Balmes, para marchar después algún tiempo con los
positivistas y volver a continuación a la tradición católica. Se ha dicho que,
como pensador que era, desarrollaba primero su pensamiento en prosa para
ponerlo en verso después: ello no parece compatible con la calidad y el vigor
de un lírico romántico del tono de José Eusebio Caro, calidad y vigor que
prevalecen en su poesía, pese a la irregularidad y la aspereza de muchos de sus
versos.
Su
poesía, para la que usó seudónimos diversos (B. y
B., Cascafuerte, etc), posee el vigor sentimental
y el sentido de la fe y de la vida de los románticos, pero en la forma
permanece, por su lírica conceptuosa y su expresión oratoria, vinculado a los
clásicos. Su estilo poético se formó en la lectura de los escritores españoles,
los clásicos franceses e italianos y sobre todo los románticos ingleses y
franceses. José Eusebio Caro buscó ritmos nuevos combinando las formas latinas
clásicas, sobre todo el hexámetro, con los metros modernos, prenunciando las
posteriores innovaciones de Rubén Darío. Los temas de sus composiciones están íntimamente
relacionados con su vida, y aun los más impersonales suenan con acentos de
personal emoción; los más importantes son el amor vehemente, el afecto
conyugal, la familia, el entusiasmo patriótico, el ideal liberal y el
sentimiento religioso.
Desde Lara o los Bucaneros, poema
inaugural de la corriente romántica, a las composiciones más musicales (Mi juventud, El ciprés), desde
las de asunto familiar (Bendición nupcial,
A su primogénito) hasta sus odas patrióticas y políticas (En boca del último Inca, La libertad y
el socialismo), aparece una fantasía llena de ímpetu y vigor, aunque en algunos
casos excesivamente declamatorios. Sus versos, en los que siempre está el
propio autor como centro, reflejan en bastantes momentos su condición de
desterrado, de proscrito político.
Se
distinguen tres etapas en la producción literaria de José Eusebio Caro. En las
obras de su primera etapa prima un ambiente lúgubre; el poeta da rienda suelta
a su imaginación y deja translucir la soledad propia del romántico. En una
segunda etapa su producción literaria se orienta hacia el encuentro con el
mundo, que el poeta aprehende desde el sentimiento: así se percibe en poemas
como Mi lira y Venida a la ciudad. La razón
marca un tercer y último momento de su creación literaria; el poeta reflexiona
acerca de su tiempo en piezas como Después
de veinte años y Aparición,
poema en que el autor da cuenta de la subjetividad pura del alma romántica en
un mundo hostil y ajeno, dominado por la maldad.
Ya
desde su primera producción literaria, como lo demuestra su composición La estrella nacional, el autor
dejó ver su hostilidad hacia el mundo, el padecer constante de la vida y la
imposibilidad de la comunicación humana; todo ello lo lleva a la evasión hacia
la intimidad y el pensamiento. Estar
contigo se considera el poema de mayor interés desde el punto de
vista formal, ya que se emparenta más con el modernismo que con el
romanticismo, e influye de manera decisiva en la producción literaria de Rubén
Darío. Sus últimos poemas, Despedida
de la patria y El
hacha del proscrito muestran otras inquietudes de Caro: la leyenda,
la presencia indígena y un marcado interés por la historia. Sus poesías sueltas
fueron editadas póstumamente junto a las de Luis Vargas Tejada en el volumen Poesías de Caro y Vargas Tejada,
publicadas por José Joaquín Ortiz (1857) en Bogotá.
Rafael
Pombo
(Bogotá, 1833 - 1912)
Poeta colombiano. Máximo representante del romanticismo
en su país y una de las principales figuras de la lírica romántica en lengua
española, la relevancia de Rafael Pombo en la historia literaria del continente
ha quedado parcialmente oscurecida por el éxito de sus fábulas y cuentos
destinados al público infantil, que han conservado intactas su frescura y popularidad
hasta nuestros días.
La familia de Pombo formaba parte de la aristocracia
criolla: su padre, Lino de Pombo O'Donnell, fue un destacado político, militar
y diplomático cartagenero, que entre otras cosas firmó el tratado
Pombo-Michelena de límites con Venezuela y se casó en Popayán con Ana
Rebolledo, mujer también de alta alcurnia. Rafael fue el hijo primogénito. Su
tía paterna, Matilde, fue la madre del célebre político y literato colombiano
Julio Arboleda.
Como era costumbre, doña Ana enseñó al pequeño Rafael
las primeras letras. A los once años, en 1844, ingresó en el seminario. El
latín allí estudiado haría de él un diestro traductor de los clásicos;
Marcelino Menéndez Pelayo comentó acerca de sus traducciones: "No las hay
más valientes y atrevidas en nuestra lengua". De los poetas grecolatinos
tradujo a Horacio y el episodio de Laoconte de Virgilio. También vertió al
castellano El poeta moribundo, de Alphonse de Lamartine, y el soliloquio de
Hamlet de Shakespeare.
Parece que la inclinación por la poesía nació en Pombo
desde muy temprano. Ya a los diez años había copiado versos y traducciones en
un cuadernillo que tituló Panteón literario. En 1846 ingresó en el Colegio
Mayor de Nuestra Señora del Rosario, donde estudió humanidades; en 1848 recibió
el grado en matemáticas e ingeniería en el Colegio Militar que había fundado
recientemente el general Tomás Cipriano de Mosquera.
Aunque nunca ejerció formalmente como ingeniero, se
sabe que realizó algunos estudios para el mejoramiento urbano de Bogotá. Recién
graduado, fue miembro de la Sociedad Filogénica, en cuyo periódico publicó por
primera vez poesías bajo el seudónimo de Fiártelo. Estas tempranas obras,
cargadas de un tono sentimental, dejan entrever ecos de Ramón de Campoamor,
José Zorrilla, Garcilaso de la Vega y del legendario lord Byron.
Posteriormente viajó a Popayán, donde su familia
materna tenía propiedades, escribiendo allí dos de sus poemas más conocidos: La
copa de vino y Mi amor, firmado con el seudónimo de Edad. Se creyó que tal
poema era obra de una enigmática y brillante poetisa hasta que el mismo Pombo
reveló su autoría; la anécdota muestra hasta qué punto asimiló la psicología
femenina y su distinta manera de sentir el amor y de expresarlo. En compañía de
los escritores José Eusebio Caro y José María Vergara y Vergara fundó en 1852
La Siesta, órgano literario de marcado tinte romántico.
En 1855 viajó a Nueva York como secretario de la
legación colombiana en esta ciudad. Permaneció diecisiete años en Estados
Unidos, durante los que residió en Washington y en Filadelfia (donde fue
cónsul), siendo ésta su época de plenitud creadora. Tal vez el contacto con una
cultura y un idioma de sonoridades diferentes dio un giro universal a su obra.
También mantuvo contacto con personalidades de la intelectualidad como Henry
Wadsworth Longfellow y William Cullen Bryant. Tradujo por entonces a poetas
ingleses, franceses y alemanes, y sus Cuentos pintados para niños (1867) se
publicaron por primera vez en Nueva York.
En un emotivo acto (que casualmente coincidió con la
noche en que falleció Diego Fallon, su gran compañero de generación), Rafael
Pombo fue coronado como poeta nacional el 20 de agosto de 1905, en el teatro
Colón. El 6 de febrero de 1912 reemplazó a Manuel María Mallarino como miembro
de la Academia Colombiana de la Lengua, de la que fue secretario perpetuo.
Junto con José Asunción Silva, Rafael Pombo es el más
destacado de los poetas colombianos del siglo XIX. Favorecido por su bienestar
económico, fue el primero que asumió la labor poética como principal actividad
a lo largo de todo su periplo vital, en una época en que otros optaron por
acatar las órdenes de la musa sólo de manera periférica.
Con Pombo nace, en un entorno de acento todavía
colonial, una poesía nueva en el continente. Su lírica funde subjetividad y
meditación filosófica, reflexivo sentimiento del amor y de la naturaleza,
pálpito religioso y aprovechamiento de la experiencia. Dios, la naturaleza y la
mujer son protagonistas en su obra, así como la rebeldía, el vigor y la ironía,
por lo que resulta una extraña suma de autor entre devoto y demoníaco. Su
inspiración romántica recorrió los caminos que van de Zorrilla y Víctor Hugo a Byron
y Leopardi, pasando por los clásicos griegos y latinos, que se afanó en
traducir, así como a muchos ingleses y franceses.
BIOGRAFÍA
DE GREGORIO GUTIÉRREZ GONZÁLEZ
Personaje emblemático por excelencia en la historia
literaria de la región de Antioquia, poeta y abogado, Gutiérrez González
existió efectivamente, pero su vida y su obra se han convertido en una especie
de acto mítico-poético fundador, en el cual la idea de "raza
antioqueña" adquiere buena parte de su justificación. El poeta había
muerto hacía 25 años cuando la primera revista ilustrada de Medellín le rinde
un homenaje.
En sus páginas internas asegura que el hombre de las
tres G es un héroe de las letras y un patricio de la autonomía regional, sin
embargo su poesía es un monumento nacional, tal como lo hizo saber el congreso
colombiano en 1873 cuando lo decretó como un "poeta de la
nacionalidad".
El poeta colombiano Gregorio Gutiérrez González, nació
en La Ceja del Tambo, departamento de Antioquia, el 9 de mayo de 1826, en el
seno de una acomodada y distinguida familia. Fueron sus padres José Ignacio
Gutiérrez y Arango y doña Inés González y Villegas. De su educación se sabe que
realizó los estudios elementales en el Colegio Seminario de Santafé de
Antioquia y los secundarios, en el Seminario de Medellín.
Posteriormente se trasladó a la capital y bajo el
cuidado de su primo Juan de Dios Aránzazu, concluyó los estudios de Filosofía y
Literatura en el Seminario de la Arquidiócesis de Bogotá, y de Jurisprudencia
en la Universidad Nacional (Colegio de San Bartolomé). En 1847 obtuvo el grado
de doctor y el título de abogado en la Suprema Corte de la Nación. En su vida
no ocurrieron grandes sucesos.
En Sansón contrajo matrimonio con doña Juliana Isaza
Ruiz, hermana del obispo de Medellín, José Joaquín Isaza. Esta unión dejó una
numerosa descendencia.
En la carrera judicial desempeñó importantes cargos: fue
magistrado del tribunal en Medellín y en varias ocasiones ocupó una curul en la
Cámara de Representantes por el Estado de Antioquia. Desafortunadamente en los
últimos años de su vida su situación económica se deterioró, más si se toma en
cuenta que jamás fue un hombre adinerado.
Fue miembro fundador de la sociedad literaria que se
creó en Bogotá el 1.o de julio de 1845. Dirigió una publicación quincenal
llamada El Albor Literario, que apareció por primera vez el 20 de julio del
mismo año y sólo llegó al número ocho. Esta sociedad literaria surgió a raíz de
las clases de literatura española que dictaba el profesor español Diodoro
Pascual en el Colegio San Bartolomé, las cuales fueron importantes porque
dieron a conocer el romanticismo y fomentaron una corriente de seguidores. A
Gutiérrez González se lo sitúa entre el romanticismo y el realismo. De su obra
dice el crítico Antonio Gómez Restrepo: "Por una parte era adepto al
romanticismo entonces en boga, y por otro lado, se sentía atraído [...] al cultivo
de la poesía realista, a la interpretación sencilla de la naturaleza".
Marcelino Menéndez y Pelayo lo confirma: "Puede decirse que Gutiérrez
González sirve de puente entre el romanticismo y el realismo limpio".
La obra de este poeta antioqueño llegó a todos los
estratos sociales. Memoria del cultivo del maíz en Antioquia, de 1866, es,
tanto por la forma en que está escrita como por su tema, el poema que más fama
le ha dado. En él se describen detalladamente todas las etapas del cultivo del
maíz: desde los terrenos apropiados que requiere, hasta los métodos de cultivo
y riego.
Como señala el mismo Gutiérrez González, Memoria del
cultivo del maíz en Antioquia está escrito en antioqueño y no en español,
afirmación que le valió el desdén de algunos críticos españoles ensimismados en
un purismo xenófobo.
Entre otros poemas destacados pueden mencionarse A
Julia, ¿Por qué no canto?, Aures, A los Estados Unidos de Colombia y algunas
traducciones de poesías de Byron y Víctor Hugo.
La vida del poeta, a pesar del aprecio que le tuvieron
sus compatriotas y no obstante los méritos de su inteligencia y la posición de
su familia, fue de duras pruebas y sufrimientos, a causa de la escasez de
medios materiales en que vivió siempre. Su inteligencia y su sensibilidad, que
percibían con tanta claridad y precisión las variadas formas de la realidad
para describirlas, no lograron dominar esta realidad en el conflicto de los
intereses económicos. No tuvo imitadores ni trató de formar escuela como es
usual entre poetas de alta y variada inspiración.
Influyó en sus gustos el espíritu de su tiempo, marcado
aún por el romanticismo. Tradujo a Víctor Hugo, y, sin duda, el gran poeta
francés influyó sobre su gusto y sobre la forma en que expresó el sentimiento
poético acerca de la naturaleza. Gregorio Gutiérrez González murió en Medellín,
el 6 de julio de 1872
Julio Arboleda
(Julio Arboleda Pombo; Popayán, 1817 - Berruecos, 1862)
Poeta, militar y político
conservador colombiano de vida azarosa, cuya obra se produjo esporádicamente en
los márgenes de su trayectoria pública. Terrateniente del sur de Colombia, se
opuso de manera activa a la abolición de la esclavitud y participó en las
guerras civiles. Por su personalidad, por su trágico destino (murió asesinado a
manos de sus enemigos políticos en Berruecos) y por su obra, Arboleda quedó en
la memoria con la aureola del héroe romántico. Es autor de poemas publicados en
1833 y de un esbozo épico incompleto titulado Gonzalo
de Oyón.
Sus padres, después del
triunfo de Sámano en el sur de la Nueva Granada, huyeron en busca de refugio a
la Mina de Timbeque, perteneciente por entonces a la provincia de Buenaventura.
Su padre fue José Rafael Arboleda, de riquísima familia de la aristocracia
caucana, amigo y confidente de Simón Bolívar; su madre,
Matilde Pombo y O'Donell, también pertenecía a la élite de la región. Fue
sobrino de destacados patriotas como Manuel de Pombo, Francisco de Ulloa y del
sabio Francisco José de Caldas.
Su hermano Sergio se destacó también como escritor y político.
A los dos años de edad
retornó con su familia a Popayán y las primeras letras le fueron enseñadas por
su abuela materna, Beatriz O'Donell, quien lo inició en el idioma francés; su
abuelo, Manuel Antonio Pombo, autor de una buena Gramática
latina, le dio lecciones de esta lengua, castellano y geometría; también
tuvo como preceptor a Manuel María de Luna. En 1830 don José Rafael Arboleda,
enfermo, buscó curación en Europa, en compañía de su hijo Julio. En Londres
tuvo un institutor irlandés católico y en la Universidad de Londres obtuvo el
título de bachiller en Artes. En 1831 falleció su padre en la ciudad italiana
de Pisa. Julio Arboleda continuó, no obstante, sus estudios en el Viejo
Continente y viajó por Francia e Italia.
En 1838 regresó a Popayán
vía Cartagena, y en la Universidad del Cauca estudió Derecho Civil y Ciencias
Políticas; se inició en el campo del periodismo redactando El Independiente. Tomó parte en
la guerra de 1840, llamada de los Supremos, en defensa del gobierno, como
teniente de la Guardia Nacional. En Pasto fue ayudante del general Herrán y se
le empleó también en negociaciones diplomáticas con el Ecuador. Contrajo
matrimonio con Sofía Mosquera en 1842, y durante los ocho años de paz que
siguieron (el más largo de los períodos de tranquilidad que tuvo el país en el
siglo XIX), Julio Arboleda se dedicó a los negocios, a su creciente familia y a
los estudios literarios, iniciando la composición del poema épico Gonzalo de Oyón, basado en la
leyenda de Popayán en tiempo de la Colonia.
En 1844 fue a la Cámara por
la provincia de Buenaventura y después por la de Barbacoas. Permaneció en el
Parlamento en las legislaturas de 1845, 1846 y 1848. El general Tomás Cipriano de Mosquera le
ofreció la cartera de Hacienda en 1846, pero Arboleda la rehusó. Según José
María Samper, como orador parlamentario, "Arboleda nos sorprendió y sedujo
a todos. Jamás orador alguno entre nosotros había sido tan incisivo y correcto,
tan académicamente literario ni tan variado en su elocuencia como aquel poeta
militar, joven opulento y afortunado que saliendo del seno de una familia
eminente y aristocrática y de las filas del partido conservador, se presentaba
en el Congreso como abanderado de la oposición liberal. Su decir era tan hábil
en la conversación como vigoroso y grandilocuente en la tribuna".
Julio Arboleda participó en
las campañas presidenciales de 1844, respaldando al general Borrero con el
célebre folleto Los tres candidatos,
de elegante estilo. En 1848 apoyó a Florentino González (con quien
redactó El Siglo) como dirigente de la
oposición al presidente José Hilario López. La
guerra de 1851 fue auspiciada por el mismo Arboleda, entonces exiliado en el
Ecuador; en ella los conservadores decían luchar contra la expulsión de los
jesuitas, pero en el fondo se encontraban los intereses de terratenientes y
mineros esclavistas que buscaban dar marcha atrás a las leyes sobre la libertad
de los esclavos. Exiliado forzosamente en el Perú, dedicó su tiempo al
periódico El Intérprete del Pueblo y
a la docencia, siendo profesor de inglés del célebre literato Ricardo Palma.
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