lunes, 22 de julio de 2019

poetas del neoclasisismo ..


José Fernández Madrid
(1789/02/19 - 1830/06/28)

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José Fernández Madrid José Luis Álvaro Alvino Fernández Madrid y Fernández De Castro Escritor, médico e independentista colombiano,
Nació el 19 de febrero de 1789 en la ciudad de Cartagena de Indias.
Hijo de Diego Fernández de Castro, gobernador, capitán general y presidente de la Real Audiencia de Guatemala, y Gabriela Fernández de Castro. Estudió Derecho en el Real Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario. Más tarde se graduó en Humanidades y Derecho Canónico y se doctoró en Medicina el 16 de febrero de 1809 en la Universidad de La Habana.

Fue dramaturgo, autor de Atala y Guatimoc así como de poesía, a los Libertadores y a La Muerte Del Coronel Atanasio Girardot entre otras.
Se adhirió al movimiento independentista del 20 de julio de 1810 uniéndose a la junta de gobierno. Más tarde apoyó la Independencia de la Provincia de Cartagena de Indias llegando a participar en la redacción de la constitución independentista de dicha provincia. Fue uno de los fundadores del periódico Argos.

En 1812 fue elegido representante de su provincia en el Congreso de las Provincias Unidas de la Nueva Granada. Fue Presidente de las Provincias Unidas, junto con José Joaquín Camacho y José María Del Castillo, por medio de un Triunvirato el 5 de octubre de 1814 hasta el 21 de enero de 1815.



De nuevo presidente tras la renuncia de Camilo Torres al poder el 14 de abril de 1816. El Congreso lo eligió en primera instancia, pero éste renuncio ya que pensaba que la nación se iría a pique con él al mando. Ante la presión de los ciudadanos al Congreso, fue elegido de nuevo y aceptó el cargo. El 22 de junio 1816 presentó su renuncia a la presidencia ante la Comisión Legislativa Permanente en Popayán.
Durante su mandato trasladó la capital a Zipaquirá.

Fue hecho prisionero por los realistas en el Chaparral y deportado a la Habana. Allí se dedicó a la medicina y a las letras, llegando a publicar Poesías del ciudadano doctor José Fernández Madrid.
En 1826, el vicepresidente Francisco de Paula Santander lo nombró agente confidencial de Colombia en Francia. Siendo más tarde ministro plenipotenciario en Londres.

Contrajo matrimonio con María Francisca Domínguez de la Roche. Tuvieron cuatro hijos, su hijo Pedro Fernández Madrid fue Designado Presidencial.
José Fernández Madrid falleció el 28 de junio de 1830 en Barnes, Londres, Reino Unido, mientras estaba de servicio diplomático.

Cargos

Presidente de las Provincias Unidas de Nueva Granada
5 de octubre 1814-21 de enero 1815






José María Grueso
 Popayán 1789 – 1835

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Bolívar se hace partidario de la causa de la independencia. Publicó: (anagrama de su apellido); 30 cantos de los cuales se conservan 3; varios discursos y ensayos Mientras realizaba un viaje al Salto del Tequendama con unos amigos; muere en Santafé de Bogotá su novia Jacinta Ugarte. Ante la decepción amorosa decide ingresar al convento de San Bartolomé como sacerdote. En 1806 regresa a Popayán donde culminan sus estudios. Allí es nombrado rector del seminario. En esa misma ciudad ayudó a fundar la Universidad, en la cual se desempeñó como profesor. Adversario de la causa republicana emigró a Pasto en 1819.

Luis Vargas Tejada
(Bogotá, 1802 - en los Llanos Orientales, 1829)

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 Político y escritor colombiano. Fue secretario del Senado de la República (1824). Se unió a la oposición santanderina a Bolívar (1827), a quien atacó a través de obras como Catón de Utica (1828) y contra el que realizó un atentado (fallido), por lo que tuvo que huir a los Llanos Orientales, donde murió ahogado al atravesar el Casanare. Además de su obra lírica (Poesías, 1857), es autor de comedias (Las convulsiones, 1828, y El Parnaso transferido, 1820) y dramas, como Dormita (1836), en los que trata el tema indigenista.
La legendaria, intensa y corta vida política y literaria de Luis Vargas Tejada es un claro ejemplo de la juventud granadina que nació con los albores de la república. No tuvo formación académica, pero sí una enorme voluntad de aprender y anhelo de superación: cuentan que componía versos en diferentes idiomas y hacía rimas con gran facilidad; sus poesías le dieron gran fama entre sus contemporáneos, y fue dramaturgo, fabulista y traductor. Su inquietud espiritual y su pasión por la libertad le llevaron a asumir una clara vivencia política hasta las últimas consecuencias.
Entre sus primeras publicaciones se encuentra El anochecer, su más célebre poema. Otros versos circularon en hojas manuscritas; muy representativo es el canto A mi lira, en el que se evidencia un alma melancólica, dulce y solitaria. Póstumamente, en 1857, se publicaron sus poemas completos en el volumen Poesías de Caro y Vargas Tejada, compiladas por José Joaquín Ortiz. En el monólogo Catón de Utica criticó indirectamente las tendencias dictatoriales de Simón Bolívar, a quien antes había alabado como guerrero y libertador en textos como Recuerdos de Boyacá.
Cultivó también el drama neoclásico de manera académica y los temas indigenistas, a la manera afrancesada, en textos hoy perdidos como Aquino (pese a que la obra llegó a ser varias veces representada), SaquesagipaSugamuxi y Witikindo. Pero su más famosa obra teatral, que él mismo llamó sainete, es Las convulsiones, estrenada en 1828. En esta obra, la más lograda de sus piezas, aparece todo su humor ágil y corrosivo, y por ende toda su capacidad de crítica a la educación y costumbres de la sociedad santafereña. Centrada en la moda de los ataques y desequilibrios nerviosos, Vargas Tejada aseguraba que "cuando resolví escribir el asunto de esta breve comedia, confieso que me abrumó la abundancia de la materia, pues había bastante, no ya para una piececilla en un acto, sino para un poema de doce cantos por lo menos".
Según Carlos José Reyes, "en Las convulsiones se observa la influencia del Siglo de Oro español, en especial de la obra de Lope de Vega El acero de Madrid, así como de la comedia italiana. Su argumento tiene afinidades con La mandrágora, de Nicolás Maquiavelo, y en la elaboración de diálogos y de personajes, con un autor como Carlo Goldoni, de quien el propio Vargas había traducido su pieza Il vero amico. Existe una pintura muy interesante de la sociedad de la época, de los jóvenes de la sociedad santafereña que resultaban unos ''destapados calaveras'' y querían vivir de su conversación y encanto, sin trabajar. También se aprecian en el texto alusiones al interés por los estudios botánicos y naturalistas, surgidos desde el siglo anterior con la Expedición Botánica, y otras referencias a clérigos, comerciantes, viejas alcahuetas y demás personajes de la vida social en tiempo de la independencia". Las convulsiones es, sin lugar a dudas, un verdadero milagro teatral que, por no haber perdido su frescura ni su capacidad para conmover al espectador, sigue representándose, siendo la obra más veces llevada a escena de todo el teatro colombiano. 






José Joaquín Ortiz
(Tunja, 1814 - Bogotá, 1892)

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Escritor colombiano que junto a José Eusebio Caro y Julio Arboleda constituyó la tríada de mejores poetas románticos de la Nueva Granada.
Estudió humanidades en el Colegio del Rosario y cultivó el periodismo con éxito y habilidad, en especial en temas políticos. Fundó y colaboró como redactor en El Correo de los Andes, El Porvenir, La ciudad, El Conservador, El Día, El Cóndor y El Catolicismo. En 1835 fundó La Estrella Nacional, el primer periódico de Colombia dedicada con exclusividad a la difusión de las letras nacionales, redactado con José Eusebio Caro. Defensor de la corriente conservadora que acabaría triunfando en la promulgación de la Constitución de 1886, accedió en varias ocasiones a la cámara legislativa de la República, y figuró entre los fundadores de la Academia Colombiana de la Lengua.
Fue un auténtico representante del romanticismo hispanoamericano. En su poesía fue clásico en la forma y romántico en el espíritu, como puede apreciarse en sus obras Mis horas de descanso (1834) y Poesías (1880); Ortiz canta la geografía nacional y la labor de colonización de las tierras americanas. Fue además vulgarizador de la literatura colombiana; preparó antologías de poesía de varios autores, como Parnaso granadino y La Guirnalda. También editó dos volúmenes con la poesía desebio Caro José Eu y Luis Vargas Tejada.
Escribió también las novelas María Dolores o la historia de mi casamiento, publicada primero por entregas folletinescas en la prensa periódica, y Huérfanos de madre (1848). La citada María Dolores (1863) es la primera novela romántica importante de la que se tiene noticia en Colombia; se trata de un relato de amor en el cual José Joaquín Ortiz toma algunas veces aires poéticos, hecho por el cual se ha considerado a esta obra como un cuento lírico. En el ámbito teatral, son también suyos la tragedia Sulma (su más reconocido trabajo) y el drama El Oidor de Santafé, dos piezas de escasa relevancia para los gustos dramáticos actuales, pero que gozaron del aprecio del público decimonónico al que iban destinadas. Testimonio de su notable labor didáctica son sus Lecciones de literatura castellana.

Camilo Torres Tenorio
(Popayán, 1766 - Santafé de Bogotá, 1816)

Abogado, político y patriota colombiano. Cuarto hijo (primer varón) de una familia de nueve hermanos, fue su padre el español Francisco Jerónimo de Torres, comerciante, minero y propietario de vastas extensiones territoriales al sur de Neiva, en la costa del Pacífico y en Popayán, casado con la payanesa María Teresa Tenorio.
Camilo Torres estudió en el Seminario de Popayán, en el que era rector el presbítero ecuatoriano Juan Mariano Grijalva y ejercía la docencia José Félix Restrepo. En aquellos tiempos se estaban revolucionando los métodos de enseñanza, de acuerdo con la reforma educativa propuesta por el fiscal Francisco Antonio Moreno y Escandón. Allí tomó clases de griego, latín, retórica, matemáticas, filosofía y teología, preparación ésta, especialmente la de lenguas clásicas, que le permitió dominar varios idiomas: italiano, francés, inglés y alemán.
Una vez que terminó el ciclo de estudios en Popayán, se trasladó a Santafé de Bogotá, donde obtuvo los títulos de bachiller y doctor en Derecho Canónico y Filosofía en el Colegio Mayor del Rosario, donde fue pasante, conciliario segundo y vicerrector. A los 28 años se recibió como abogado de la Real Audiencia y lo fue también de los Reales Consejos. Torres fue el más eminente de los abogados de su época, pues además de cumplir con todos los requisitos, recibió de la Corte española la facultad de litigar en todas las audiencias de América. De él opinó Humboldt que era "un coloso de la inteligencia".
Camilo Torres había estudiado en Popayán con Francisco Antonio Zea, Joaquín de Caicedo y Cuero, Francisco Antonio Ulloa y José María Cabal, así como con su primo Francisco José de Caldas. Con algunos de ellos volvió a encontrarse en Santafé y, al igual que la mayoría de los criollos cultos de la época, se vinculó a la actividad intelectual que por los primeros años de la última década del siglo XVIII distinguió la capital.
Participó, entonces, en la Tertulia del Buen Gusto, organizada por doña Manuela Sanz de Santamaría y Prieto, quien tenía un gabinete de historia natural ordenado y clasificado por ella misma. En dicha tertulia se hablaba de literatura y cuestiones científicas, se improvisaban versos y se trataban temas frívolos al calor de un tradicional chocolate santafereño; en ella participaron el cartagenero José Fernández Madrid, el payanés Francisco Antonio Ulloa (viejo amigo de Torres), el timaneyo José Miguel Gutiérrez de Caviedes, el cartagenero Manuel Rodríguez Torices y el bumangés Custodio García Rovira, personajes que desempeñaron un papel importante en la primera independencia, todos ellos egresados del Colegio Mayor del Rosario o del San Bartolomé, los dos centros docentes más importantes de la capital.
En 1794, Camilo Torres se vio involucrado en el llamado "Motín de los pasquines": las paredes de Santafé amanecieron cubiertas de pliegos manuscritos que contenían protestas contra la opresión del gobierno español. Dicho movimiento, el primero que se presentaba después de los Comuneros, fue promovido por los estudiantes del Rosario y estaba íntimamente ligado a la publicación de Los derechos del hombre y del ciudadano que realizó Antonio Nariño; se acusó entonces a Torres por ser catedrático del Rosario y amigo de Francisco Antonio Zea; las autoridades allanaron su biblioteca y encontraron gran cantidad de libros en francés que fueron llevados para que la Inquisición los analizara, pero el dictamen favoreció a Torres y salió absuelto de toda culpa.
Frente a sus amigos implicados en estos hechos, Torres asumió una posición ambivalente: adelantó una de sus más importantes intervenciones judiciales cuando actuó en defensa de Francisco Antonio Zea, quien finalmente fue desterrado a Cádiz, junto con otros conspiradores, el 3 de noviembre de 1795. Sin embargo, se negó a defender al Precursor Antonio Nariño, pese a ser su amigo personal.
En 1795 asumió la defensa de los estudiantes payaneses sindicados de sedición, Nicolás y Juan José Hurtado, en sociedad con el abogado Luis de Ovalle. En 1797 defendió al cura Eloy de Valenzuela, antiguo subdirector de la Real Expedición Botánica y en ese momento párroco de Girón, quien había sido acusado de pronunciar un sermón revolucionario.
Torres también actuó como abogado de pobres, cargo desde el cual defendió ocasionalmente a algunas personas de escasos recursos económicos. Por lo general, se distinguió como defensor de los privilegios institucionales del sector criollo residenciado en Santafé. También se ocupó de consolidar una importante fortuna, para lo cual recurrió con frecuencia a sus conocimientos jurídicos. Fue así como adelantó una brillante defensa en favor de su hermano Miguel y asociados sobre el bergantín inglés El Vigilante, apresado por ellos y cuya propiedad les correspondía, a pesar del desconocimiento por parte del presidente de Quito, barón de Corondelet. En 1802 Camilo Torres contrajo matrimonio con Francisca Prieto Ricaurte, con quien tuvo seis hijos.
El Memorial de agravios En 1808, Napoleón Bonaparte invadió España y colocó a su hermano José I Bonaparte en el trono español; como consecuencia, la política colonial de las Cortes españolas cambió. Se constituyó la Junta Suprema de España e Indias, que se erigió en gobierno general del reino.
En esa coyuntura surgió la figura política de Camilo Torres, que se declaró antirregentista y partidario de Fernando VII; se opuso a las determinaciones tomadas en la metrópoli, ya que, pese a estar ésta ocupada, continuaba exigiendo obediencia a las colonias. Propuso seguir el ejemplo de las provincias españolas que se proclamaron soberanas para apoyar irrestrictamente al rey de España, lo que significaba crear juntas provinciales de gobierno, a la manera de las de la Península, en la Nueva Granada, desconociendo la Junta de Sevilla.
Pese a la protesta de Torres y de muchas otras voces en las diferentes colonias, la Junta sevillana, aún bajo el dominio de José Bonaparte, declaró que las propiedades allende el mar eran prioridad de la monarquía española y autorizó la presencia de sus representantes en la Junta Central, pero en un número inferior al de los españoles. El ambiente político de las colonias se caldeó cada vez más.
La nominación de candidatos, por terna, se realizó en los cabildos de Santafé y de las principales ciudades de las provincias. Una vez nominados los candidatos, el representante se designó en un sorteo en que resultó elegido Antonio de Narváez. Por su parte, Camilo Torres fue nominado por Popayán. Fue nombrado asesor del Cabildo de Santafé, corporación que se había convertido en el baluarte de los criollos. Fue además asesor de la Casa de Moneda. Desde tales cargos Camilo Torres sentó su airada protesta contra la Junta Central española, en un opúsculo que se ha llamado el Memorial de agravios y cuyo título es Representación del Cabildo de Bogotá a la Suprema Junta Central de España.
En ese documento, Torres dio una respuesta, en nombre del Cabildo de Santafé, a la Junta Central ante la intención de permitir americanos en ese organismo, pero en un número irrisorio. Es, por lo tanto, una aguda crítica al régimen colonial, aunque no llega a pronunciarse abiertamente sobre la separación definitiva de las colonias americanas de España. Afirmó que América y España, Las Españas, eran parte de un reino con iguales derechos, y por tanto ninguna de las partes podía imponer leyes sobre la otra. Denunció la discriminación contra los criollos y pidió para este sector el derecho a ocupar posiciones de alto rango.
El documento nunca llegó a España y el virrey no quiso prestarle atención, hasta el punto de que nombró a seis españoles como miembros del Consejo y más tarde desconoció el nombramiento de Luis Caicedo como alférez real, medidas todas que impidieron el pacto colonial y permitieron la ola cada vez más creciente de motines en las distintas provincias de la Nueva Granada.
La conjura del observatorio astronómico Camilo Torres participó activamente en los hechos del 20 de julio de 1810 en Santafé de Bogotá. Planeó la conjura en el observatorio astronómico que dirigía su primo Francisco José de Caldas, formó parte de la Junta de Gobierno constituida luego de los incidentes, y le comunicó al virrey Amar y Borbón la decisión de la Junta para que pusiese a las órdenes de ésta el depósito y el parque de artillería. Acorde con su posición de defensa de los derechos del rey de España, propuso que el virrey fuera el presidente de la Junta Suprema, medida que fue desaprobada popularmente, pese a lo cual continuó insistiendo en que debía existir un entendimiento entre las partes (patriotas y españoles europeos), al punto que fue vocal-secretario en el manifiesto del 18 de septiembre de 1810 levantado con tal fin.
En diciembre de 1810, Torres participó como diputado por Pamplona en el Supremo Congreso. Exigió que no se aceptara a Emigdio Benítez la credencial que lo acreditaba como diputado por Sogamoso; tal petición recibió voto negativo de los demás miembros, y Torres se retiró junto con León Romero (delegado por Mariquita), Joaquín Camacho y Manuel de Bernardo Álvarez (delegado por Santafé).
El 11 de enero de 1811 se llevaron a cabo las elecciones para el Colegio Electoral de Cundinamarca. Torres resultó elegido, junto con Manuel Camacho y Quesada, por la Catedral, y con su viejo amigo Frutos Joaquín Gutiérrez fue electo secretario de dicha institución colegiada, que sesionó durante un mes, al cabo del cual se proclamó la primera Constitución de carácter monárquico de la provincia de Cundinamarca y se nombró como presidente a Jorge Tadeo Lozano.
Desde un comienzo Torres había defendido la tradición de los cabildos autónomos, pues consideraba justo que las provincias ejercieran su soberanía, y por ende el federalismo, posición que no era compartida por Antonio Nariño y otro grupo de criollos llamados centralistas. El Precursor Antonio Nariño asumió la Presidencia el 21 de septiembre de 1811, y la rivalidad entre las dos formas de gobierno fue cada vez más notoria, al punto que se formaron dos partidos: el de los "pateadores" encabezado por Nariño y el de los "carracos" dirigido por Torres; de esta última facción formaban parte la mayoría de los miembros de las Juntas de Notables establecidas desde el grito de Independencia.